El té negro
de Ceylán le aporta frescura y tonicidad siendo específico para pieles
castigadas y que poseen poca luminosidad, dándoles firmeza y depurándolas,
manteniendo así la humedad de la piel y evitando su envejecimiento.
El olor tan
familiar de la canela, cálido, penetrante, intenso y almizclado, nos ayuda a
aliviar la tensión nerviosa y la fatiga crónica, equilibrando la mente y el
cuerpo. Vigoriza los sentidos dormidos, estimula las facultades creativas,
aumenta la capacidad psicoemocional elevando el espíritu incluso en las
circunstancias más adversas.